El otro día leí, no me acuerdo dónde exactamente, pero en una cuenta de psicología recomendada, que estamos acostumbrados a relacionar tomar decisiones con estar contentos.

Y al tomar decisiones, se puede estar triste también. Automáticamente he pensado: pues claro. Es más lógico estar triste que feliz. O por lo menos yo lo veo así.

A veces las decisiones que tomamos, son complicadas, sabemos que nos hacen bien y nos cuesta tomarlas, pero si te pones como objetivo único tu bienestar a todos los niveles, es mucho más fácil tomarla.
Para mí eso es la vida. Bueno y malo. Siempre. Celebra lo malo y como me dijo el otro día mi argentina favorita, baja persiana a todo aquello que te haga daño o te altere.

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Besos, Dolo.